Normalmente se piensa que los spa no son aconsejables para las embarazadas. Algunos factores como el aumento de la temperatura corporal gracias a los diferentes tratamientos pueden hacer que el proceso del embarazo corra peligro. Ahora bien, hay balnearios y centros especializados que ofrecen una serie de tratamientos especiales que sí se pueden realizar en esta etapa y que, además, están aconsejados.
Masajes, tratamientos faciales o baños tibios son totalmente compatibles con la gestación. De hecho, los masajes corporales, especialmente en la zona de las piernas, ayudan a eliminar los líquidos que durante la etapa se acumulan en esta zona.
Es importante realizar una consulta con su equipo médico para determinar las condiciones del tratamiento teniendo en cuenta las dolencias o preocupaciones de la futura madre. La utilización del spa durante el periodo del embarazo es segura siempre que se respeten una serie de indicaciones tanto por la seguridad de la madre como por la del bebé.
Los tratamientos depilatorios siempre que no utilicen productos químicos o decolorantes son seguros aunque la piel puede estar más sensible y por lo tanto el dolor se agudiza. Los tratamientos faciales tampoco tienen ninguna contraindicación pero hay que tener en cuenta que la piel en el periodo del embarazo se hace más sensible por lo que los tratamientos tendrán que ir enfocados en esa línea. Los tratamientos corporales con calor sí pueden generar peligros para el proceso ya que aumenta la temperatura corporal y la tensión arterial de la mamá. Las saunas o baños de vapor quedan totalmente prohibidos en el periodo de gestación.
Hay diferentes tratamientos beneficiosos que inciden en la hidratación de la piel (más sensible en este periodo) pero sobre todo favorecen la relajación física y emocional. Esto contribuye a la estabilización de las hormonas y las molestas alteraciones anímicas que aparecen durante todo el embarazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario