A partir de los 2 ó 3 años los niños van desarrollando los sentidos: gusto, tacto, vista, oído y olfato.
Es necesario ayudar a los niños a utilizar el olfato. Se pude enseñar a modo de juego en el que se relacione un olor con un alimento.
Los padres o educadores pueden seleccionar varios alimentos que tenga un olor característico como pueden ser: cebollas, ajos, limones, especias, canela, chocolate, etc. El juego consistirá en colocar una parte o cantidad del alimento en unos recipientes de plástico y dejar que el niño huela con los ojos tapados con un pañuelo. Se dejará que el niño huela y que diga el alimento que cree que es. Después se dejará que pruebe el alimento para desarrollar el gusto, de esta manera aprenderá a relacionar mejor la percepción de los alimentos con sus sentidos.
Esta actividad permite que el niño desarrolle, además del gusto, aspectos sensoriales, el uso del lenguaje (al nombrar los alimentos) y que fomente la memoria visual, relacionando el olor a una imagen (en este caso un alimento) visto anteriormente.
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